GUION EPISODIO PILOTO (TLÁLOC)

Tlacaélel viejo.-

El clima era helado, una pequeña briza de lluvia toco mi rostro, una    tormenta se aproxima, las paredes y el techo de mi choza retiemblan como si los truenos fueran cada uno de sus pasos, siento una pesadez en los ojos que me impide mantenerlos abiertos, un silencio acompañado de un siseo escalofriante de una cascabel que lo arrincona y me lleva con él a un profundo sueño.

Sentí que cerré los ojos mas de medio siglo y al despertar me levante en el mismo lugar, pero parecía que me encontraba en otro lado, había eco y un ruido de agua que fluía como si viniera del aire, los cielos parecen furiosos los árboles se mueven con miedo y los perros ninguno ha ladrado en horas, parecía que alguien se acercaba; y si efectivamente, no alcance a distinguirlo y solo escuche que decían “el calendario lo marcaba, no hay error, hoy es el día………”
Camine hacia la explanada del templo mayor bajo la intensa lluvia, ahí estaba parado frente a mi con un rostro espeluznante conformado por dos serpientes entrelazadas, que forman un cerco alrededor de sus ojos y juntan sus fauces sobre su boca, su cuerpo y rostro son de color azul obscuro pareciera que evoca una nube tempestuosa y sobre su cabeza se distingue un tocado de plumas de garza. Me encuentro estupefacto, se me eriza la piel ante su presencia ha llegado el momento de realizar mi primer sacrificio en honor a Tláloc. 
Un niño llorón y con dos remolinos en la cabeza es el elegido para el sacrificio, habrá que sacarle el corazón con un pedernal de obsidiana.
Mientras tanto todos los espectadores se encuentran atentos de lo que está por acontecer. Se escucha el sonido del caracol tocando a los cuatro vientos, el golpeteo de los hue hues (tambores), acompañado de las ayacachtli (sonajas) y las coyoleras (las pulseras de los pies y de las muñecas) al compás de la danza macehualiztli, que se realiza alrededor de una ofrenda colocada sobre un tapete de coloridas flores, semillas, comida, agua y varios sahumadores de los que se desprende un intenso aroma a copal. 
La multitud se acerca cada vez más, los gritos y la emoción se sienten hasta la piel.
Cinco guerreros emprendiendo la subida hacia el techatl con 5 niños a quienes van cubriendo con pintura azul en todo su cuerpo en honor a Tláloc.

Tlacaélel.-

Solo faltan 10 escalones más Yetzel, prepárate.

Tlacaélel viejo.-

Ahí estábamos los 5 en la cima, rodeando el techactl, Yetzel listo para tomar el brazo derecho del niño, Cuitláhuac del lado izquierdo, enfrente de Yetzel para tomar el brazo izquierdo, Moctezuma tomara la pierna izquierda y Zanic con las manos firmes en la pierna derecha y yo sosteniendo el pedernal de obsidiana.

Tlacaélel.-

¿Saben si los 5 niños si se lograron reunir para el sacrificio?

Cuitláhuac.-

Si, reunieron incluso a más de los esperados.

Yetzel.-

Con los cinco es más que suficiente, habrá bastante sangre que es lo que importa.

Tlacaélel.-

Será la mejor ofrenda en mucho tiempo, el clima habla, la lluvia comienza a sentirse cada vez más fuerte.

Moctezuma.-

Listos para recibir al primer pintontli.

Tlacaélel viejo.-

Yetzel recibió al primer niño, recostándolo con mucho cuidado sobre el techcatl, todos tomamos nuestras posiciones, listos para tomar cada extremidad del pintontli el más pequeño de todos.

Moctezuma.-

El día de hoy nos honra la presencia de todos, en febrero, aquí en el décimo quinto sacrificio del año en honor a Tláloc.

Tlacaélel.-

Se escucha al pueblo estremecido, entre aplausos, tambores y gritos que demuestran euforia y emoción.

Moctezuma.-

He aquí a nuestro sacerdote Tlacaélel que realizara su primer sacrificio en honor a Tláloc, dándole inicio a una unión espiritual con nuestras deidades.

Tlacaélel viejo.-

Se acerca Moctezuma hacia mí, susurrándome...

Moctezuma.-

A partir de hoy tu vida tomara un rumbo sin fin, Cree en ti. No te pongas límites. En la lucha está la victoria, Escucha tu interior. No dejes de luchar. Ofrendar es importante. Mejora e inicia una vez más.

Tlacaélel viejo.-

El momento llegó, tome el pedernal con fuerza, el pecho del niño tan ancho por sus pulmones llenos de aire, junté ambas manos sobre mi cabeza, tome aire y fuerza.

Golpe el pecho del pintontli con el pedernal para poderlo desgarrar sin ningún temor, lo abrí y metí mi mano por la herida que estaba cubierta de sangre hasta arrancare el corazón, los llantos del niño llenaron mis oídos de un sonido vacío.
Un silencio llenó la explanada del huey teocalli (templo mayor).

Tlacaélel.-

He aquí el primer corazón que nos honrara a todos en este sacrificio a Tláloc.

Tlacaélel viejo.-

El pueblo se estremeció, gritos, música y aplausos llenaron de sonido el huey teocalli. De pronto todo se obscureció una mano extraña tomo el corazón que le pertenecía a Tláloc, un alma, una energía que no se veía desde hace tiempo aquella que es amante de las traiciones y las mentiras…

 

Continuará.


Panteón Mexica

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El Diario pedagógico son aportes de actividades y sugerencias, basados en los proyectos por parte de los compañeros de 8° semestre del Campo de Comunicación Educativa.